Cuando los
vehículos de cualquier tipo llegan al final de su vida útil, ya que son viejos,
están averiados o han sufrido algún siniestro, es necesario retirarlos, darlos
de baja, tasarlos y depositarlos en los
desguaces en Barcelona, donde serán despiezados y preparados para ser
convertidos en
chatarra. Y es que, en caso contrario, el propietario se vería
obligado a pagar el
impuesto de circulación,
renovar el seguro obligatorio y
pasar la
ITV (Inspección Técnica de Vehículos).